Hoy en dia podemos encontrar en el mercado traviesas usadas por un precio que oscilara entre los 10 €/u. y los 30 €/u., dependiendo del proveedor y del estado en que se encuentren. Por lo general son comercializadas por compañías madereras y de decoración de exteriores.
En este caso y para ser mas fieles a la idea que tengo del reciclaje, hemos decidido recoger un material en total abandono y convertirlo en algo útil y a mi entender bello, aunque esto ya depende de los gustos. El proceso es laborioso y requiere algunos esfuerzos adicionales, pero al final como veréis merecerá la pena, por lo menos a mi me lo parece.
En este caso y después de su localización, procedemos a sacar las traviesas de los raíles de acero, desatornillando los seis tornillos que tiene cada traviesa.
Procedemos a su transporte y posterior limpieza con agua a presión, para tratar de retirar la mayor cantidad posible de tierra y suciedad, lo que facilitara su posterior mecanizado.
El mecanizado de este material se hace duro para las piezas de corte de la maquinaria, debido a la suciedad que tiene la madera. en este caso vamos a hacer un primer corte para retirar aproximadamente 1.5 cm. de madera de cada cara del palo que es donde se aloja la mayor parte de la suciedad y la parte mas impregnada del producto que le aplican a esta madera para su protección, que tiene un fuerte olor a alquitrán.
En este caso vamos a hacer una encimera de cocina y pasamos a cepillar y cortar la madera a la medida necesaria.
Para aportar mayor fuerza al encolado, fresamos los cantos con el diente de león.
Pasamos al encolado y para economizar material, situamos los huecos donde se alojaran la cocina y el fregadero.
Finalmente cortamos a la medida el conjunto, aplicamos el acabado(proceso que ya conocéis) y procedemos a su posterior instalación.
También hemos fabricado del mismo material, las cornisas que rematan los muebles superiores.
Personalmente creo que el resultado final merece la pena.
A mi me gusta mucho la textura final de esta madera una vez terminada, por que se aprecian las imperfecciones y el veteado oscuro que deja el producto de tratamiento.
Por otra parte, una vez aplicado el acabado se elimina cualquier resto del fuerte olor.
Otra de las excelentes propiedades de este tipo de madera, una vez superados los problemas de limpieza, es su estabilidad y resistencia ya que el grado de secado es optimo debido a la antigüedad. (Tienen un sello metálico donde figura el año de producción y yo he trabajado algunas de los años 40, con unos resultados excelentes).
Hoy día la mayor parte de las maderas que se comercializan, están prácticamente verdes, es decir que las cortan hoy y en un mes pueden estar en el mercado.
Finalmente el objetivo esta conseguido, hemos dado vida propia a un material injustamente desechado, moribundo y evitado en alguna medida la tala de nuevos arboles sin entrar en el arrollador mundo del mercantilismo brutal que predomina hoy día.
Para terminar os diré que en las etiquetas Reciclaje y Diseño Propio, podéis encontrar algunos otros trabajos realizados con este material tan agradecido.