Este ha sido un viaje que comenzó para mi con malas señales. Fue de mal en peor en un sucesivo acontecer de incidentes inesperados hasta que otro incidente, este menos inesperado para mi pero muy triste, le dio la vuelta a todo paradójicamente transformándolo en una sucesión de acontecimientos casi mágicos, que han hecho de este un viaje que no podre olvidar jamas.
Se han cumplido con creces todos los objetivos que nos habíamos marcado. Hemos distribuido toda la ayuda que llevábamos en lugares en los que realmente se necesitaba y hemos sentado las bases para desarrollar el proyecto a medio plazo que preparábamos en una zona concreta del Medio Atlas, En la aldea de Taghassalte (región de Khenifra).
Es esta una zona de difícil acceso y la aldea no cuenta con luz eléctrica ni abastecimiento de agua. La escuela se encuentra en un estado lamentable, haciéndose casi imposible la labor docente de los profesores de la misma. En colaboración con ellos pensamos que seremos capaces de rehabilitar la escuela para que estos niños puedan recibir en unas condiciones algo mas dignas la educación que merecen y ya estamos dando los primeros pasos para conseguirlo.
La ayuda humanitaria la hemos distribuido además de en esta zona, en otra mas al sur en el Alto Atlas. Atravesamos las montañas desde el sur, de la ciudad de Tinerhir a Tamtattouchte y de aquí hasta Agudal e Imilchil, por una ruta de montaña en la que pudimos comprobar la dureza de la vida de los nómadas bereberes.
También hemos compartido con la población de ambas zonas, momentos hermosos en los que nos han hecho disfrutar de su carácter hospitalario y generoso en los que han compartido con nosotros sus casas y alimentos, haciéndonos sentir una vez mas que por mucha ayuda que traigamos, siempre tendremos la sensación de que a nuestro regreso, habremos recibido mucho mas que dimos.
Tratare de resumir en unas cuantas imágenes lo que ha sido el viaje, aunque me resulta difícil no tener la sensación de que es imposible expresar aquí todo lo que sentimos y tener un poco la frustración de no poder compartirlo con vosotros. Aun así lo intentare.
Tengo que empezar diciendo que este viaje no hubiera sido posible sin algunas generosas personas con las que nos encontramos, que nos ofrecieron cuanto tenían para facilitarnos la labor. Desde ya antes de entrar en Marruecos, pudimos disfrutar de la generosidad de Mohamed ben Yacoub colaborador de la Asociación Marroquí de Málaga, que intento facilitarnos los interminables e incomprensibles tramites en la aduana durante tres días y además nos ofreció su casa. Con el aparecemos en esta primera imagen en su casa en la población de Martil. Gracias amigo.
Podríamos decir que a partir de la siguiente imagen, comenzó este viaje para mi. en este momento estaba tomando la decisión de dormir definitiva mente a mi entrañable compañera, mi perra a la que había dejado en casa enferma.
Según mi mujer, el animal espero a que me fuera para empeorar definitivamente evitándome pasar este momento y esto me partió el corazón.
Después de tres días de interminables tramites en la aduana marroquí, todo empezó a cambiar y una vez que emprendimos el camino tuve la sensación de que mi compañera había decidido acompañarnos iluminándonos el camino.
Cuando llegamos a la zona del Medio Atlas y empezamos el reparto de ayuda se fueron diluyendo los momentos difíciles y todo el esfuerzo se vio recompensando.
Al caer la tarde nos encontramos con Cla y su familia. Tuvimos la gran suerte de poder alojarnos con ellos. Esta gente habla Tamazhig el idioma berebere, incomprensible hasta para los de habla árabe, pero no hicieron falta las palabras para que pudiéramos recibir una gran lección de humanidad.
Es curioso, pero en el viaje anterior pasamos por este mismo lugar sin detenernos y solo a la vuelta y de madrugada, paramos fugazmente a dejarles algo de la ayuda que llevábamos.
Afortunadamente y sea por lo que sea, esta vez si nos detuvimos y pudimos compartir con esta gente estos inolvidables momentos.
Ala mañana siguiente llegamos a Taghassalte, encontrándonos con la escuela como primer edificación de la aldea pudimos verificar el lamentable estado de las instalaciones.
Nos brindaron una agradable acogida y pudimos entregar a los niños el material que llevábamos para ellos.
También cambiamos impresiones con los maestros Mohamed y Youssef. Llegamos a la conclusión de que merecía la pena intentar que estos niños tuvieran una mejor calidad en su educación y decidimos poner en marcha con su colaboración, un proyecto para rehabilitar las instalaciones de la escuela.
Este es el lamentable estado de la escuela. Teniendo en cuenta que muchos de estos niños tienen que andar kilómetros para acudir a la escuela, no es de extrañar que la mayor motivación que tienen para venir sea el bocadillo que les dan al finalizar las clases.
Después de repartir el material pusimos rumbo al sur hacia el Alto Atlas. Una vez mas esa estrella que nos guiaba nos condujo hacia Lissou Mohamed, con quien nos encontramos a la entrada de Tamtattouchte. Mientras estábamos entregándoles algo de ayuda a unas niñas apareció de repente y nos ofreció su casa para pasar la noche. Aceptamos la invitación y compartimos con el y su familia comida y techo, recibiendo una vez mas la generosidad de esta gente.
Ala mañana siguiente nos facilito la entrega del resto de material escolar que llevábamos en la escuela de la población.
Como puede observarse hay bastante diferencia entre esta escuela y la anterior, pero los niños agradecieron igualmente el material que les entregamos, ya que las posibilidades de adquirirlo aquí son escasas para ellos.
Al conocer el motivo de nuestro viaje Mohamed se había ofrecido a hacernos de guia e interprete por una ruta en las montañas donde había mucha gente viviendo en condiciones bastante duras.
Nos condujo por una pista en la garganta del río Dades, donde comprobamos la dureza de la vida nómada y aportamos la ayuda que pudimos a estas personas y disfrutamos de su gratitud y de la sonrisa limpia de estos niños.
Me gustaría hacer hincapié aquí, sobre como una causa justa puede aunar voluntades y reafirmar la cohesión de un pequeño grupo humano.
De diferentes edades, países y hablando diferentes lenguas, pudimos sentir sin palabras lo cerca que estamos los unos de los otros, por mas que se empeñen en reforzar las fronteras para hacernos creer que somos diferentes.
Sorprende ver como esta gente se integra en este medio aprovechando todo lo aprovechable, fabrican sus propias cuerdas y tejidos con le pelo de cabras y ovejas, utilizan las pequeñas matas de tomillo para tomarlo como infusión, como especia y una vez secas como combustible para cocinar y calentarse.
Tuve la oportunidad y fue un honor para mi, de estrechar la mano de este anciano. Al sentir su mano tuve la impresión de estar tocando un pedazo de esta tierra áspera y dura, pero que te atrapa con su franqueza y transparencia, lo que ves es lo que hay.
Tardamos unas diez horas en recorrer estos 110 kilómetros debido a la dureza del camino y tengo que agradecer desde aquí a quien corresponda, el no haber tenido ningún incidente y haber podido terminar el día sin novedad.
Ya con nuestra labor cumplida llegamos a Imilchil entrada la noche y pudimos devolver en cierto modo, el gesto de hospitalidad a Mohamed invitándole a que pasara la noche con nosotros.
Emprendimos el regreso a la mañana siguiente, con la sensación de haber hecho lo que veníamos a hacer y a la vez el deseo de seguir trabajando en esta linea.
Haciendo un balance final y teniendo en cuenta el estado global de la desigualdad en el mundo, podríamos pensar que una labor como esta nuestra no pasa de ser insignificante. Personalmente pienso que todo el esfuerzo realizado merece la pena simplemente por poder provocar en un niño, una sonrisa como esta.
Por eso vamos a seguir intentándolo, vamos a seguir aportando nuestro pequeño granito de arena. Vamos a hacer que estos niños puedan mirar al mundo desde su escuela y lo vean de un color mas luminoso.
Para eso vamos a necesitar mucha ayuda, así que no os sorprendáis si llamo a vuestra puerta porque todas las manos son pocas aquí.
Así que os pediría que si creéis que podéis aportar algo a este proyecto no lo dudéis y poneros en contacto conmigo, por que os necesitamos.
Por ultimo dar las gracias a todos mis compañeros de viaje por compartir estos momentos y porque de una forma u otra, todos me han ayudado a ser un poco mas persona.
Ademas por la autoría de las fotografías, que en su mayoría no son mías sino de ellos. Gracias a vosotros.
GRACIAS A TODOS.